El peligroso juego del autojuicio negativo y la autocondena es una de las causas mayores de sufrimiento fisico y emocional.
Hasta
que nos hagamos conscientes de la verdad en nosotros, sin escondernos o
avergonzarnos de quien somos, seguirán eludiéndonos la libertad, la paz
y la alegría interior.
Cada vez que juzgamos negativamente
cualquier aspecto de nosotros mismos –nuestras cualidades mentales,
nuestras actitudes emocionales o nuestra apariencia física,
inmediatamente todo el sistema del cuerpo-mente (que es esencialmente
carga emocional positiva) se pone en «estado de alerta», porque le
estamos diciendo que tiene algo errado o equivocado. Simultáneamente,
todo el sistema empieza a buscar en su banco de datos –la memoria
celular– algo del pasado que sintonice con lo que acaban de decirle que
está equivocado en él, ya sean memorias de esta ida, o vieja
información genética, a veces hasta incontables generaciones atrás.
Cuando
el «barrido» encuentra esa información, ésta es «resucitada» y traída
al presente en forma de evidencia de que es cierto que «hay algo errado
en mí ».
La curación es un proceso natural automático, así que
cuando esa vibración ocurre, se espera el apoyo del resto del sistema,
especialmente de la mente racional, puesto que es ella la que
habitualmente toma las decisiones. Sin embargo, en nuestra
civilización, la mente no está preparada para tratar con memorias
celulares o ancestrales, porque su programación no tiene información al
respecto.
En síntesis, cada vez que te dices que hay algo
equivocado en ti, estás creando la posibilidad de que la enfermedad o
la infelicidad humana sea «resucitada» de los archivos atávicos.
Auto-juicio negativo: un lento suicidio
Lynn
Grabhorn describe muy claramente estos procesos con estas palabras: «La
auto-condenación, cualquiera sea su forma, es un lugar cómodo para
estar cuando no queremos tomar ninguna responsabilidad sobre nuestra
vida. Podríamos meditar, orar, cantar, utilizar cristales e incienso,
hacer ejercicios especiales, utilizar afirmaciones proclamando nuestra
divinidad por siempre; sin embargo, mientras nos juzguemos a nosotros
mismos, el poder interno y la liberación serán nada más que palabras.
No hay ninguna manifestación o deseo que se pueda llegar a cumplir
mientras estés en estado de desaprobación de ti mismo. Ninguna
abundancia, bienestar interno, ni buena salud, y muy poca alegría
podrás esperar."
Artículo de Luis Díaz: Creador de la Liberación de la Memoria Celular
martes, septiembre 28, 2010
La Autocrítica, El Autojuicio, La Autocondena
Etiquetas: Reflexiones
Auto-estima,
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